The Nixon Shock
Como ya os he contado en otras ocasiones, EEUU salió de la 2GM con las 2/3 partes de las reservas de oro mundiales (las armas se pagaban solo con oro, nada de papelitos) y su economía representaba el 50% del PIB mundial con solo el 7% de la población.
Esto le permitió imponer a los demás países el dólar, cuyo valor se anclaría al oro (35$/Oz) como moneda de comercio internacional gracias a sus inmensas reservas de oro para apoyar su moneda. No obstante, el sistema tenía sus virtudes ya que en teoría EEUU no podía abusar de imprimir dinero y todos los países estaban obligados a practicar una disciplina fiscal (limitaba el endeudamiento público) y comercial (equilibrar importaciones y exportaciones), lo cual afectaba también a norteamérica.
En pocos años, el desarrollo económico de los países devastados por la 2GM hizo que la balanza comercial norteamericana dejara de tener superavit. El intervencionismo internacional y las guerras de Corea y sobre todo Vietnam hicieron que el gobierno se pusiera a imprimir dólares a espuertas para financiar sus gastos, lo cual suponía pervertir los acuerdos de Bretton Woods.
Los demás países, sospechando la jugada y con la Francia de De Gaulle a la cabeza, se pusieron a cambiar sus reservas en dólares por oro en la ventanilla de la FED. La situación se hizo pronto insostenible. Se estaba desatando un pánico sobre el dólar y las reservas de oro iban camino de agotarse, así que Nixon tuvo que cerrar la ventanilla de cambio y declarar una "suspensión temporal" del patrón oro.
Es lo que se llamó el Shock de Nixon, supongo que dada la cara de tontos que se les quedaría a los demás gobiernos del planeta cuando se les anunció de la noche a la mañana que sus dólares ya no tienían el valor prometido, y que EEUU -unilateralmente- mandaba a la porra los acuerdos de Bretton Woods, institucionalizando el hecho de poder imprimir dólares a placer para financiarse a costa del resto del mundo.
En efecto, si EEUU imprimía dólares de más, lo hacía a costa de devaluar los ya existentes, lo cual era (y es) equivalente a cobrar un impuesto a los tenedores de dólares por todo el mundo. Dicho impuesto se conoce con el galicismo "señoreaje", y si tenemos en cuenta el ritmo de pérdida de valor del dólar desde 1971, no sale un impuesto de un 5% anual.
El dólar vale en términos reales 5 veces menos que en 1971. Si elevamos 1,05 a la 40 (fórmula del interés compuesto), nos sale 4,80. Es decir, que cada año el poder adquisitivo de los dólares es un 5% menor, de media.
Los grandes perjudicados por la medida fueron los países exportadores de petróleo, ya que antes vendían el oro negro a cambio de oro amarillo, y desde entonces lo harían a cambio de papelitos que perdían rápidamente valor. Si a esto le sumamos el cabreo árabe por el apoyo norteamericano a Israel en la guerra del Yom Kipur, ya tenemos servida la primera crisis petrolera de 1973, en la que se triplica de golpe el precio del crudo.
Durante el patrón oro, todas las divisas tenían un cambio fijo respecto de dólar que hacía de "patrón", pero al terminarse este, las divisas entraron en el experimento monetario de cambios flotantes. Serán los mercados quienes decidirán el valor de las monedas.