--Mamá, dame un consejo.
Qué me pongo para la noche de bodas? Un camisón pudoroso que me cubra de pies a cabeza como una monja, así mi novio piensa que soy casta y pura, o un conjunto de Victoria Secret con tiritas y transparencias que le vuele la cabeza?
--Nena, nena...; me hacés recordar a aquel millonario que le preguntó a su contador si ante la visita de un inspector de Hacienda le convenía ponerse ropa gastada para demostrar su pobreza, o su mejor traje italiano para hacer ver que no le tenía miedo.
--Y que le dijo el contador, mamá?
--Le dijo que daba lo mismo, porque igual le iban a romper el culo.