
Seguro que si se suspendiera La Liga por quiebra de la entidad, los frustrados aficionados podrían redirigir sus intereses hacia la gestión de nuestros gobernantes, en lugar de interesarse por si Messi bate el récord de Di Stéfano, qué tal sale la operación del dedo de Casillas o si "Pujol le quitó el mechero a Piqué y lo lanzó a la banda".
Por esto mismo el fútbol sigue recibiendo una subvenciones económicas por parte de los políticos. ¿Alguien les pondrá fin? Seguro que no, porque lo matan por la calle.